San Miguel y su comercio de barrio: esfuerzo, resiliencia y tradición

Por Orely Ovalle – Ignacio Clark
Durante los últimos años, los negocios de barrio han comenzado a enfrentar una constante y creciente competencia frente a las grandes multitiendas y supermercados que se han ido instalando a lo largo de muchos sectores de la capital. Lo cual ha llegado a convertirse en una problemática para muchos emprendedores y comerciantes. Es por ello que conversamos con comerciantes y vecinos de la comuna de San Miguel, específicamente en la intersección de la avenida José Miguel Carrera con Departamental donde se evidencio el cómo día a día los comerciantes viven la lucha de sobrevivir frente al imponente avances de mall, multitiendas y supermercados.
Adriana, quien lleva seis años siendo dueña de un local en la zona, nos cuenta desde su perspectiva de mercante cómo es la competencia, resumiendo, el que podría decirse, el sentimiento de muchos otros “la gente prefiere comprar en locales más grandes que pequeños, por la variedad y la cantidad de productos”
Esta problemática no es nueva, pero sí se hace cada vez más presente y difícil de olvidar. Según algunos vecinos y emprendedores del sector, los clientes optan con mayor frecuencia a acudir a centros comerciales, en donde “encuentras de todo, no específicamente un producto” tal como señala una transeúnte. Esta tendencia, declaran, afecta directamente a los cientos de familias las cuales su principal fuente de ingresos son sus locales y emprendimientos.
Sin embargo, en medio de esta desafiante realidad, surgen relatos de resiliencia y esperanza, así como la perspectiva de Karen, quien abrió hace un par de semanas su local, agregó “vienen más a nosotras porque tenemos más variedad en ciertos productos de lo que suelen tener los supermercados” Para ella, ofrecer productos diversos, pero sobre todo tener un trato cercano con los clientes es clave para atraer más al lugar.
Tras varias conversaciones con comerciantes y consumidores, la misma conclusión se repite: lo que más valoran los ciudadanos al momento de realizar sus compras es tanto la variedad de precios como de productos. Esta percepción representa una oportunidad para los pequeños locales de marcar una diferencia frente a la variedad de productos, y así también reforzar su cercanía con los vecinos.
Mientras las grandes tiendas siguen creciendo a pasos agigantados, detrás de cada pequeño local de barrio resisten y persisten historias de esfuerzo, sobre familias que apuestan día a día por un futuro mejor. Cada compra que hacemos no solo llena bolsas, también alimenta sueños, mantiene empleos y preserva la vida de las comunidades. Tal vez no podamos competir con los masivos precios, diversos productos o la comodidad de un centro comercial, pero sí tenemos la posibilidad de elegir conscientemente a quién queremos fortalecer con nuestro dinero. Visitar al negocio de la esquina, preferir la feria de barrio, apostar por el
emprendimiento local son pequeños actos que construyen una economía más humana y cerca.