La Deuda con la realidad
Por Valeria R. Policroni, Vocera del Movimiento Somos.
Chile tiene una deuda con su población, por las malas pensiones, por los valores y la calidad de la educación, un sistema de salud precario y desigual, pero dentro de todas las temáticas que el pueblo exige, hemos dejamos excluida quienes están en algún centro que pertenece al Servicio Nacional de Menores.
Desde hace unos meses se publican unos videos del mismo centro SENAME, que actualmente pone en palestra la situación de violación y vulneraciones a los derechos de la infancia y adolescencia de quienes ahí residen. A dichos centros tenemos que sumarle las diversas dificultades que existen. Ya sea en términos administrativos, como de infraestructura y muchos más… sin duda «secreto a viva voz».
Los actuales diputados aprobaron el presupuesto de 394.913.361 mil millones de pesos para SENAME, siendo menor a la propuesta oficial. Lo importante es saber dónde se destinó ese dinero, aquel fue distribuido principalmente en 2 áreas: una reforma en el cuidado alternativos y otra en centros de justicia juvenil. La mayor problemática de esta distribución es que ninguna está enfocada en la promoción ni en la prevención de las falencias y vacíos que los niños, niñas y adolescentes (NNA), vivieron antes de ingresar. Al no saber posicionar bien el foco, no acertamos tampoco en el plan de acción a generar, siendo este la mayor debilidad de este sistema.
Podemos seguir sumando problemas, pero esto se centra en el reflejo de la sociedad que se fue construyendo en función de la instauración del neoliberalismo. La competencia, el individualismo y la escasez de oportunidades trabaja en forma paralela favoreciendo la indigna vida que se le da a los niños, niñas y adolescentes, no culpando a los trabajadores si no a quienes destinan recursos y desvaloriza a quienes tienen especialidades o experiencias (con o sin título) en este rubro y que nunca se ha tomado la real importancia que mereces.
El Sename no necesita solo ser una herramienta más para los procesos judiciales, necesitamos urgente que se genere una red de apoyo, con recurso humanos y económico planificados y enfocados a resolver los problemas de fondo y de forma. Todas las vulneraciones de derechos que frecuentamos en Chile son producto de malas decisiones y diferentes prioridades para quienes legislan, y que estos niños y niñas no están exentos de esa transgresión de derechos. Si hablamos de educación, uno de los pilares más importantes para la construcción de una sociedad, cabe destacar que el porcentaje que se destina a la educación de los menores es 50% menos del ingreso que reciben los colegios municipales.
Los NNA desde que ingresan, son tratados como antisociales, reflejando de forma directa la desigualdad que existe en Chile, como resultado también de la izquierda y derecha post dictadura. El SENAME muestra la cruda realidad, pero sólo toca la fibra sensible de quienes podemos generar agitación mediante redes sociales o nuestra olla y palo, para alzar las voces de quienes son silenciados en cuatro paredes a golpes y fármacos que ni siquiera son recetados por especialistas y que pueden perjudicar el desarrollo cognitivo y mental de los menores, condicionando su futuro completamente.